Una perrita chihuahua que reaccionaba atemorizada cuando los seres humanos se acercaban a ella finalmente recibió la ayuda que necesitaba. Su estado de salud era muy delicado, además, había sufrido tanto que no confiaba en las personas y eso dificultaba que los rescatistas le ofrecieran auxilio y afecto.
Sabían que debían trabajar para que ella lograra confiar de nuevo en las personas recuperándose de las heridas del pasado que solo le permitieron conocer el peor lado de la humanidad.
Todos los perros que sobreviven en la calle se enfrentan constantemente a la indiferencia e insensibilidad de mucha gente que lamentablemente no tiene empatía por su dolor. Mientras tanto, estos pobres animalitos luchan por satisfacer sus necesidades básicas entre muchos riesgos que atentan contra su salud y bienestar.
La mayoría de los perros callejeros viven en un estado de ansiedad y estrés constantes, en las calles, totalmente desamparados, cada día es un desafío.
Así sobrevivía esta perrita chihuahua que tenía tantas heridas físicas y en su corazón que cada vez que una persona se acercaba a ella se sentía completamente amenazada.
Su nombre es Bruna y vagaba en las calles de Tampico, en México, solamente bastaba verla para identificar que su salud estaba severamente afectada.
Algunos residentes de la zona en la que la perrita frecuentaba decidieron ayudarla para salvarle la vida, pero no sabían cómo acercarse porque ella reaccionaba muy atemorizada. No era nada fácil ganarse su confianza.
Así que acudieron al refugio Kokoroñi para pedir ayuda, les advirtieron que la perrita estaba muy mal y que necesitaba atención médica inmediata.
Los miembros de la organización animalista se dirigieron al lugar en el que estaba Bruna para poder ayudarla, no sería un rescate sencillo.
Cuando se aproximaron a la perrita, intentaron distraerla para lograr que se subiera a su vehículo y trasladarla a una clínica veterinaria.
Después de someterla a los chequeos médicos pertinentes, los veterinarios determinaron que Bruna tenía un alto grado de desnutrición. También diagnosticaron una afección grave en su piel que les hizo pensar que habían vertido alguna sustancia caliente sobre su espalda, tenía indicios de quemaduras y había perdido el pelaje.
La perrita también había perdido gran parte de sus dientes, su estado se había deteriorado muchísimo, era evidente que en caso de no recibir ayuda tendría un desenlace fatal.
Los veterinarios que atendieron a Bruna se quedaron muy conmovidos, su corazón se rompió al ver lo que había sufrido. Comenzaron a administrarle tratamiento médico para ayudarla a mejorarse a pesar de lo difícil que era acercarse a ella.
A pesar de que Bruna estaba recibiendo ayuda, todavía no confiaba en las personas. Sus traumas le impedían relacionarse normalmente con los que estaban a su alrededor.
Bruna lloraba desconsolada cuando alguien se acercaba a ella, sentía muchísimo miedo y tristeza.
“No confiaba en las personas, tenía pavor, lloraba, trataba de defendernos, perdía el ánimo cada día, le fuimos hablando y tratando de acariciarla, poco a poco nos ganamos su confianza”, relataron los voluntarios del refugio Kokoroñi.
Pero, aunque era extremadamente difícil, ellos no se rindieron, su amor desmedido por los animales y su vocación de servicio los motivó a unir todos sus esfuerzos por la recuperación de Bruna.
Poco a poco encontraron formas de acariciarla y curarla, ella fue confiando en sus rescatistas y expresándoles su amor y gratitud.
La perrita no podía confiar en nadie porque solo la habían hecho sufrir
Todavía Bruna manifiesta su miedo a las personas que no conoce, así que los rescatistas le hablan constantemente de forma cariñosa para explicarle que no todo el mundo quiere hacerle daño.
Lo único que quieren los rescatistas es que Bruna sane completamente las heridas que le impiden ser plenamente feliz para que pueda ser adoptada por una familia que le brinde todo el amor que se merece.
Confían en que la perrita chihuahua pronto estará apta para irse al hogar de quienes velen por su bienestar y la conviertan en un miembro más de la familia. Mientras ese momento llega permanecerán a su lado ayudándola.
Es gratificante saber que hay personas dispuestas a ayudar a los animales que como esta perrita sufren mucho. Esperamos que Bruna tenga el resto de su vida la felicidad que le ha faltado y que juntos, luchemos contra los tratos injustos que reciben estos seres inocentes.