Una perrita que fue dejada a su suerte sin piedad recibió ayuda de alguien que sin tener nada, se sacrificó por ella. A veces quienes menos tienen son los que más dan. Y así lo demostró un humilde hombre sin hogar que reaccionó para auxiliar a la perrita que arrojaron desde un auto.
Como sabemos, existen zonas muy castigadas por la exclusión socioeconómica a nivel mundial. Países que sufren situaciones de extrema pobreza.
Sin embargo, hay personas que, sin importar el nivel de escasez en el que viven, deciden compartir lo poco que tienen con alguna mascota.
Esta historia ocurrió en las calles de Lima, en el sector La Victoria de la capital peruana. Allí, un hombre sin hogar encontró a una pequeña cachorrita de tan solo pocos días de nacida y decidió cuidarla. Su gran corazón no entendía cómo alguien pudo dejarla a la intemperie, sola.
A pesar de que apenas puede mantenerse por sí mismo, trató por todos los medios de alimentarla. Lleva muchas semanas tratando de sostenerla, pero, hoy en día pide ayuda urgente.
No puede velar por el bienestar y atenciones que necesita la perrita
Lo cierto es que, al parecer, la peluda fue dejada en el sitio por un conductor que la bajó del auto y se deshizo de ella. Una usuaria conocida como Gabriela RedheaPerea encontró al hombre sin hogar, captó la escena y la publicó en sus redes sociales.
“Urgente se necesita apoyo, encontré a un joven indigente de buen corazón con una hermosa cachorrita.
Comenta que vino un señor con su auto y dejó a su mascota en la calle. Por favor, rescatistas o personas que desean adoptarla, es una cachorrita que necesita un hogar que la quiera”, comentó Gabriela.
Tal y como se puede observar en las imágenes compartidas en las redes, este hombre se ha sacrificado para darle a la perrita abrigo en las noches. Ella duerme acurrucada junto a él. Lo que más le preocupa es cuidar de que nada malo le suceda a la canina.
No obstante, el pobre sujeto sin hogar asegura que ya no la puede tener consigo. Dice que el lugar donde se aloja no es apto para el animalito. Personas de mal vivir y esclavizadas por el vicio pueblan el sitio de pernocta.
“Parece ser que será de raza grande. El joven indigente de buen corazón la tiene, pero dice que no la puede cuidar.
Es muy riesgoso, ya que en ese lugar se juntan personas de mal vivir que consumen sustancias y no están lúcidas para que esté con ellos”, agregó Gabriela.
De manera que es poco lo que este buen hombre puede hacer, debido a la precariedad con la que vive. Por ello, a través de Gabriela, se ha hecho el llamado para que cualquier interesado en ayudar a salir a la perrita del oprobio de las calles, pueda brindarle una nueva oportunidad.
Si deseas aportar con tu granito de arena puedes contactarte con Gabriela a través de su Facebook, aquí.
Y no solamente a ella, ya que claramente el hombre también necesita ayuda. Un hogar donde las noches no enfríen sus huesos y su corazón. Necesitan el calor de un hogar que les abrigue el alma y el cuerpo. Ojalá que pronto alguien pueda ayudarlos.
“Los animalitos de cuatro patas son nuestros amigos fieles, que nos da mucho amor, ternura, nos hacen reír, son creaciones de nuestro padre Dios.
Se necesita ayuda para ambos, tanto el joven indigente como la cachorrita”, dijo Gabriela.
No se trata de un caso aislado. Muchas veces son los animales de compañía los grandes damnificados de la sociedad del estrés. Estos, en su mayoría perros, proliferan en las cunetas de las carreteras, vagando a la luz de la luna, dejados a su suerte por una persona a la que creyeron en algún momento un amigo.
Necesitamos movilizarnos para lograr encontrar las pautas de prevención necesarias de cara a combatir este flagelo que son los animales desolados en las calles del mundo.