Un joven de gran corazón ha hecho realidad un sueño que para muchos parecía imposible, se trataba de darle a un perrito con una enfermedad terminal un final justo y lleno de amor. Aunque por bondadosa y humanitaria la causa podría parecer sencilla, resulta que no todos estaban dispuestos a dar el amor que Luciano Karosas dio a un peludo llamado Thanos.
El joven de Berazategui en Buenos Aires acogió al perrito relegado por el aspecto de su rostro.
El can anteriormente bautizado como Coco había pasado por cuatro hogares en los que le prometieron hacerlo verdaderamente feliz pero le fallaron. Por eso, cuando Luciano acogió a Thanos habían muchas dudas al respecto.
Y es que la situación del perrito era compleja por su condición de salud. Thanos estaba sentenciado a morir debido a un tumor cerebral que había progresado de manera acelerada. En el momento en que el joven lo conoció no había mucho que hacer por él mas que una cosa y quizás la más importante.
Amarlo hasta el final de sus días y darle una despedida amorosa.
Dada su condición el can necesitaba cuidados especiales y no todas las personas estaban dispuestas o completamente preparadas para proporcionárselos. Una familia amorosa estuvo con él en gran parte del proceso, pero finalmente decidió tirar la toalla.
Después de ese lamentable episodio, el perrito pasó por otros tres lugares de acogida pero todos terminaban devolviéndolo al refugio. Esta historia conmovió tanto a Luciano que el joven decidió actuar.
Él se aseguraría de cuidar a Thanos hasta el momento de su último suspiro.
A sus 21 años, Luciano vivió una de sus experiencias más difíciles y es que para el lo complejo no eran los cuidados que requería Thanos sino el poco tiempo que tendría para hacerlo feliz.
“Me costó adaptarme a la idea del poco tiempo que pasaremos juntos. Lo llevé a un veterinario de células madre para ver qué podíamos hacer, buscando un poco más de esperanza (que le había dado 40 días para vivir) y me dijo que no hay tratamiento que prolongue ese tiempo. Salí con un pedazo de mi corazón en la mano», comentó Luciano.
En ese momento, el joven entendió que solo le quedaba una misión por cumplir y era mimar a Thanos hasta el final. Solo sus atenciones y demostraciones de amor harían que el perrito pudiese marcharse feliz y que de alguna manera se mitigara su dolor.
Los días siguientes a esa visita con el doctor, el perrito vivió todo un sueño porque Luciano se encargó de hacerlo sentir bien pese a todo lo que enfrentaba.
Este joven no se separó de su lado y juntos conocieron nuevos lugares en la ciudad, manejaron y rieron juntos.
Aunque para Thanos parecía que el dormir en los brazos de papá era su mejor medicina. Luciano no logró salvarlo del cáncer pero sí de la soledad, pues nadie sabe qué habría pasado del perrito de no haber sido por el joven.
Tristemente el futuro de Thanos ya estaba marcado y se colgó sus alitas en el mes de enero, pero no sin antes marcar para siempre la vida de su dueño y darle una gran lección.
Luciano es quizás la persona más generosa que conozcamos y, aunque triste por la perdida de su amigo, se siente tranquilo de que en vida le dio todo lo que le pudo haber dado.
¿Cuántas personas no se arrepienten por todo lo que dejaron de hacer por sus seres queridos? Sin duda esta historia y el ejemplo del chico debe ser una lección para todos.
El amor y la solidariadad se demuestran en el presento, nadie sabe si habrá un mañana.
Vuela alto, Thanos. Y gracias por la alegría que también sembraste en este mundo. Luciano siempre te recordará.