Un refugio definitivamente no es el mejor lugar para un perrito que sólo merece amor.
Ciertamente, algunos refugios mantienen políticas demasiado crueles en cuanto al destino de perritos «sin solución». Pero, afortunadamente, otros se empeñan en devolverles la esperanza a cientos de peludos que en otro lugar encontrarían la muerte segura.
Eso no quiere decir que la vida en esas perreras frías, solitarias, sin una cama, ni un lugar donde reclinar la cabeza, sea lo que los perritos merecen. Pero a pesar de todo, estos animalitos nos sorprenden con gestos que nos dejan sin palabras.
Así es como se ve el amor cuando parece que nadie está viendo.
Esta es una de esas historias en las que podemos palpar contundentemente de qué está hecho el corazón de los perros, y especialmente el de aquellas perritas que han pasado por la experiencia de ser madres. ¡Su amor no tiene límites!
Maggie es un perrita pastora australiana, que estaba en su jaula en el refugio, cuando escuchó llorar a unos cachorritos desesperados muy cerca de ella.
Lo explicaron en una emotiva publicación en la página del refugio Barker’s Pet Motel and Grooming, un negocio familiar en Saint Albert, Canadá.
«Vemos muchas cosas adorables aquí en Barkers, pero esta historia se lleva la palma… Anoche, nuestros nuevos cachorros adoptivos llegaron de Alberta Animal Rescue Crew Society – AARCS. También se queda con nosotros en este momento una perrita que fue adoptada recientemente por la Sociedad Protectora de Animales a la que le quitaron sus propios cachorros hace aproximadamente 2 semanas. Anoche, la mamá perrita (Maggie) debe haber escuchado llorar a los bebés y salió de su perrera para acostarse junto a ellos para calmar sus atribulados corazones. ¡Los pusimos juntos por un tiempo y los 3 estaban tan felices!», se lee en la publicación.
Todos en el refugio quedaron con lágrimas en los ojos al presenciar semejante acto de amor
Ellos aceptan perros rescatados cuando ya no hay espacio en ningún otro lugar. Maggie había dado a sus cachorros en adopción hace unas pocas semanas y estos cachorros que estaban llorando no tenían una mamá.
No hay palabras para describir el instinto y el amor de una perrita que fue mamá
«En cada kennel hay una abertura por donde deslizamos el agua debajo de la reja», dijo Alex Aldred, uno de los dueños.
Cuando todos los humanos se habían ido, Maggie empujó su plato de agua y se salió por esa abertura.
Maggie caminó por el pasillo hasta que encontró a los huerfanitos. Al no poder meterse debajo de esa jaula, lo que hizo fue pegar su cuerpo lo más que pudo contra la reja.
La familia Aldred había salido a cenar esa noche, pero revisando las cámaras de seguridad por su teléfono, se dieron cuenta de que un perro estaba fuera de su jaula. Corriendo de regreso de la cena, llegaron y fueron al kennel donde estaban los cachorros.
Sandy Aldred abrió la puerta y Maggie se metió de inmediato con los cachorros, se acurrucó con ellos y los bebés le besaban la barbilla.
«Ella los trataba como si fueran sus propios bebés», dijo Alex.
A la mañana siguiente llegamos y Maggie seguía acurrucada con los cachorros.
Finalmente, Maggie encontró una familia amorosa y fue adoptada por la Edmonton Humane Society.
A las cachorritas que había adoptado, Hannah y Kari, les fue muy bien sentir el calor de su mamá adoptiva mientras crecieron. Llegaron muy pequeñitas al refugio y su amor fue crucial. Esperamos que las dos cachorritas pronto encuentren un hogar lleno de amor al igual que Maggie.
Incluso años después de esa hermosa historia viral las volvieron a juntar y capturaron esta hermosa imagen que quedó para la posteridad:
El increíble gesto de esta perrita demuestra todo lo que puede caber en el corazón de una madre. El día que aprendamos a amar la décima parte de lo que hacen los perros, el mundo será otro.
