Abandonado por su dueño, el perro ya no tenía ganas de pelear

Después de años de devoción a su maestro, Kiwan fue cruelmente abandonado a su suerte. Vagó sin rumbo por el pueblo, donde una vez fue amado y mimado, encontrando refugio sólo cerca de su antiguo hogar, con la vana esperanza de un cambio de opinión por parte de su anterior padre adoptivo. El tiempo pasó y la soledad dejó huella, con el perro agachando la cabeza , falto de confianza.

Creía que él era el culpable, que no tenía ningún valor. El daño de un acto cobarde como el abandono puede ser enorme y él estaba viviendo en primera persona los malestares físicos y psicológicos inherentes a la existencia de un expósito. Además, ya había experimentado el placer de tener una familia, por lo que el shock fue aún más fuerte.

El pelaje arruinado y el dolor en una pata los atormentaban. Un día, sin embargo, sucedió algo impensable y magnífico: la suerte finalmente llamó a la puerta de Fido. Un grupo de personas de mentalidad noble lo encontró y quedaron conmovidos por su condición. Al enterarse de las torturas sufridas por algunos niños del pueblo, los buenos samaritanos decidieron tomarse la situación en serio.

Así que trasladaron al cuadrúpedo a una clínica veterinaria , sometiéndolo a cuidados veterinarios. Gracias a un asesoramiento competente y experto, habrían obtenido un diagnóstico preciso. El veredicto no fue tranquilizador: lo atormentaban infecciones óseas, ceguera inminente, anemia, desnutrición y sarna avanzada. ¿Sobreviviría? El equipo no tenía ganas de hacer promesas, conscientes de los arduos desafíos que se avecinaban, excepto uno: probarían todas las soluciones para evitar un amargo epílogo.

Día tras día, en compañía de sus compañeros atendidos en la instalación, el perro ya no agachaba la cabeza. Las comidas frecuentes, los medicamentos, la limpieza de heridas y la fisioterapia se convirtieron en la rutina diaria. La piel empezó a crecer nuevamente y los ojos a mostrar un rayo de esperanza. Hoy tiene un hogar estable, donde reinan las emociones positivas.