Jen Anderson es una mujer que estaba a punto de celebrar su boda con el amor de su vida, Tony Couture. Ella es una amante de los animales, y por supuesto que antes de formalizar su unión había hablado de eso con su prometido.
Si algo tenía que quedar claro, era que su hija, fruto de su anterior matrimonio, y su perrita Ladybug y sus otros perros, eran parte esencial de su vida, y debían ser amados.
Cuando faltaba poco para su boda, un día de esos que tenía una lista enorme de pendientes por hacer, le pidió a Tony que se quedara a cargo de su perrita, una ptibull muy amorosa y juguetona. Para esto, el hombre ya se había vuelto muy amigo de la peludita, así que no había problema alguno con eso.
De todas maneras, a Jen siempre le quedó la duda de cómo sería la relación del par cuando ella no estaba. Y aunque nunca lo planeó, al volver de sus gestiones, encontró la puerta entreabierta del despacho de Tony y una canción que sonaba.
No tardó en intuir lo que sucedía y no dudó en sacar su cámara para grabarlo todo.
Ni loca se perdería tan sublime momento.
Al ritmo de la canción «That’s Amore», de Dean Martin, escuchó conforme se acercaba que su prometido a voz en grito cantaba, pero solamente cuando entró se dio cuenta que en realidad le estaba cantando a la perrita.
Lo que vio la dejó tan conmovida que no dudó en compartirlo en las redes, donde acumula miles de reproducciones
Ladybug estaba acurrucada junto al prometido de Jen, mientras él ponía la canción desde su teléfono.
Poco a poco, Tony se deja llevar por la música y por el amor a Ladybug, y no tarda en fundirse con la pequeña en tiernos «besos y caricias», por lo que seguramente estamos seguros que hasta Jen sintió celos.
Pero ella callada sólo contemplaba la escena, para que Tony no se diera cuenta de que lo estaba grabando y así no entorpecer la magia.
Ladybug había llegado a ese hogar cuando apenas tenía 9 semanas. Y desde entonces, ha sido la consentida de Jen y de su hija, así como de Tony.
Es claramente la niña de los ojos de todos, y ella sabe exactamente lo que debe hacer para devolver todo ese amor: con besos y abrazos.
En el video se ve cómo Tony empieza por darle caricias en la cabecita.
Luego la toma por la barriga, la perrita adquiere tanta confianza que se trepa un poco más como si quisiera ver el teléfono para cantar junto al novio de su dueña.
Tony pasa a frotarle la pierna, seguro que ni a su prometida le da tanto amor
Luego le da como unas palmaditas fuertes, pero de amor, como si quisiera decirle a la perrita que lo está haciendo de maravilla. Vuelve a rascarle la piernita y la patita.
Y la perrita le devuelve ese dulce momento con una tierna lamida en la boca
Jen no tiene nada más que hacer que cerrar la puerta y marcharse. Probablemente piense que a lo mejor tiene que repensar las cosas y tener una conversación seria con su prometido. ¿Será que la boda sigue en pie? ¿O hay un nuevo amor en su vida?
Si te ha conmovido este hermoso video que demuestra que muchas veces nuestros perritos llegan a amar más a nuestras parejas que a nosotros mismos, no te vayas sin compartirlo con tus amigos. ¡Les alegrarás el día!