Los animales cada vez pueden sorprender al mundo con la increíble capacidad que tienen para superarse y conseguir un objetivo en la vida. ¿Las razones? Simplemente esa es su naturaleza, ¡Y cuánto tenemos que aprender los humanos!
Esta es la historia de Poppy, una perrita para la que ni siquiera tener la columna vertebral destrozada y haber perdido la capacidad de caminar fue un impedimento para buscar ayuda. ¡Es impresionante!
Cuando esta perrita era muy pequeña tuvo que haber sufrido una grave lesión en la espalda, no se sabe si a causa de una patada de alguien terriblemente cruel. Pero lo cierto es que totalmente sola, se dijo a sí misma que no se podía dejar vencer y morir.
Poppy se arrastró durante días… O meses, hasta encontrar ayuda
A Susanne Vogel, una investigadora de elefantes en la región norteña de Okavango, en Botswana, y a sus compañeros de trabajo, se les partió el corazón, y al mismo tiempo se quedaron sin palabras cuando la vieron acercarse como podía hasta el campamento donde ellos se encontraban.
«Ella vino literalmente arrastrándose, porque sus patas traseras estaban completamente inmovilizadas. No podía caminar, pero estaba llena de amor y tan sólo buscaba ayuda».
Susana y los demás miembros del equipo sabían que tenían que hacer algo por Poppy, pero ellos estaban muy alejados de la civilización, por lo que tuvieron que conducir por más de 8 horas para poder conseguir la ayuda que necesitaba.
Ellos no podían creer cómo Poppy pudo llegar con vida hasta ese lugar, puesto que el campamento está repleto de leones, elefantes y demás depredadores que fácilmente podrían haber acabado con su vida.
«De alguna manera llegó como pudo… ¡Descarnada y empapada por la lluvia!», dijo Susana.
Graham McCulloch, uno de los rescatistas, tras realizar el viaje en busca de ayuda, además tuvo que tomar un ferry junto a Poppy para así cruzar un río que los permitiría llegar hasta una clínica veterinaria.
Fue entonces cuando descubrieron que la perrita tendría que ser intervenida quirúrgicamente de la columna.
La valiente Poppy tenía 7 meses de edad cuando llegó al campamento
Amanda Stronza, otra de las rescatistas, creó una página en GoFundMe: gofundme.com/f/surgery-for-poppy para recaudar todo el dinero necesario para la cirugía. Aunque el veterinario les había dado pocas esperanzas de que Poppy realmente sobreviviera, ellos sabían que después de toda su lucha, merecía tener esa segunda oportunidad.
«Ella tenía mucha vida en ella, teníamos que honrar su voluntad de vivir y todo lo que había sufrido para encontrarnos y sobrevivir. No podíamos aceptar la eutanasia».
Después de que le dieran todos los cuidados requeridos, decidieron posponer la operación hasta que estuviera lo suficientemente fuerte para soportarla.
La perrita paralizada se arrastró por kilómetros hasta encontrar ayuda
Y no podían creer en los avances. Sabían desde el primer momento en que la conocieron que ella era especial, pero nunca imaginaron lo lejos que llegaría.
«Sus ojos nos atrajeron de inmediato. Son enormes, implorantes y brillantes de vida. Ella estalla con el espíritu más dulce, y pudimos verlo claramente, a pesar de la desesperada condición en que se encontraba».
Poppy ahora se está quedando en el campamento mientras recupera su salud y su fuerza, y, en un mes, evaluarán qué es lo mejor para ella.
Su historia se ha dado a conocer por el mundo y son muchos los que han seguido sus progresos y han apoyado a sus rescatistas para financiar los gastos. Ellos tienen fe en esta valiente perrita que no conoce la palabra rendirse y no ven el día en que finalmente pueda tener un hogar para siempre.
ACTUALIZACIÓN:
Los exámenes revelaron que la fractura era más seria de lo que imaginaron y no entienden cómo Poppy pudo sobrevivir así todo este tiempo. El veterinario decidió que someterla a una cirugía era causarle un sufrimiento innecesario, por lo que han apostado por un tratamiento en el que con mucho amor y una terapia física, junto a una silla de ruedas, podrá tener una vida más o menos normal.
Lo mejor de todo es que ya tiene un hogar definitivo en Washington, donde la esperan con los brazos abiertos. Se recaudaron más de 10,000 dólares para financiar el viaje y su tratamiento, y sus rescatistas no pueden estar más agradecidos.
«Poppy es un poderoso símbolo de esperanza frente a la adversidad. Ella me ayudó a ver cómo un pequeño «callejero» con una mirada amorosa, conmovedora y presente puede unir a tantas personas, a través de idiomas, nacionalidades, visiones del mundo y creencias», escribió Susana.
No te vayas sin compartir la increíble historia de superación de la incomparable Poppy. ¡Cuánto nos queda por aprender a los humanos!