Esta es la historia de una perrita que siempre que escucha una voz humana, la pobrecita se orinaba.
Sus malas experiencias del pasado le impedían confiar en los seres humanos. Para ella, cualquiera podría representar una amenaza, así que procuraba esconderse.
Muchos animales atraviesan grandes injusticias, que lentamente terminan por romperles el corazón, sumiéndolos en una profunda tristeza y haciéndolos sentir temerosos de los humanos que tanto mal les han hecho.
Lamentablemente, esto fue lo que sucedió con una pobre perrita llamada Gia, que no recibió muy buenos tratos de su “familia” y llegó a un refugio llena de miedos.
Mira al final de la nota el emotivo vídeo de Gia con triste pasado, que no puede escuchar una voz humana
Cuando Gia llegó a un pequeño refugio local de Texas, era evidente que algo no estaba bien con ella.
Se encogió en un rincón llena de pánico y, cada vez que un humano se acercaba a ella temblaba aún más, algo que no era nada normal en un perro.
Tampoco soportaba que la tocaran, si alguien lo hacía se orinaba del susto y permanecía allí, demasiado temerosa para moverse.
No dejaba de temblar y se mantenía en el rincón
La razón detrás de su comportamiento eran los malos tratos que había recibido a lo largo de su vida.
Fue atada a un árbol y tratada de la peor forma por su propietario, la persona que debió llenarla de amor.
Su corazón se destrozó y perdió casi por completo el espíritu alegre que un día la caracterizó. Necesitaba ayuda, más de la que podían darle en el refugio.
Afortunadamente, la asociación especializada en la atención de los casos de animales rescatados más difíciles, DallasDogRRR, intervino y a través del amor, paciencia y amabilidad, trabaja para rehabilitar a perros como Gia.
Gia se encuentra en el refugio Dallas Dog y ya está progresando. Cuando los humanos se acercan a ella se esconde debajo de la cama.
Ya ha podido dejar de orinarse cuando los ve. Será difícil que vuelva a abrir su corazón a las personas, pero los voluntarios de la asociación esperan conseguirlo.
No obstante, el comportamiento de Gia hacia los otros animales es totalmente diferente. Ama jugar con sus compañeros caninos del refugio, corriendo de un lado a otro, porque sabe que ellos no la lastimarán de ninguna forma.
Pese a todo, puede ser feliz cuando está entre los suyos.
Para lograr que Gia pierda el miedo a los humanos, la asociación ha decidido llevarla a un hogar de acogida temporal, con una especialista en perros con problemas, en donde vivirá con su familia y aprenderá que por fin está a salvo y nadie la lastimará jamás.
Su nueva madre temporal sabe que se trata de un caso difícil, no se encuentra lista para interactuar con las personas, pero puede que a través del corazón puro de otro perro se muestre más abierta.
Esperan que cuando tenga la oportunidad de compartir con otro animalito de su especie ella pueda sentirse segura. Su pasado ha tenido consecuencias tristes para su corazón.
“Gia está en casa. No se ha movido de la caja que se usó para transportarla. Tiene mucho miedo, no tiembla, pero todavía no está preparada para moverse de ese lugar. Sin embargo, sus orejas se erizaron con el sonido de mi pequeño cachorro Austin, así que espero que él pueda atraerla”, mencionó la cuidadora.
Necesita mucha ayuda
Es mucho el mal que el ser humano puede infligir sobre los animales. Esperamos que algún día Gia logre dejar todo su triste pasado atrás y que pueda tener la vida feliz que siempre ha merecido.
Aquí el vídeo:
Sumemos nuestros corazones al de Gia, para ayudar a sanar todas sus heridas. Ella merece recuperarse y conocer la felicidad. Difundamos su historia.